Esa mañana me levanté más cachondo de lo normal. Mi
polla estaba más hinchada de lo que recordaba pero no le di importancia y
esperé a que se bajase el calentón. Luego desayuné y me fui hacia el bus. Todo
normal.
Cuando estaba dentro miré por la ventana y divisé a
una mujer, no muy guapa, del montón, pero que lucía un gran escote y poseía
unas tetas considerables así que me llamó la atención. El autobús se estaba
llenando y cada vez quedaban menos sitios y la mujer del escote estaba
esperando aun... Cuando subió pasó de largo mi sitio pero luego tuvo que volver
atrás y finalmente se sentó a mi lado. Aquí se tensó el asunto o al menos mi
polla. Lo disimule poniéndome la chaqueta encima. Ella al empezar la travesía
se puso a dormir y yo pensé: "Bien podré gozar de su escote sin que se
entere". Así que me puse a mirárselo descaradamente. Cada movimiento que
hacia ella, yo me giraba hacia la ventana o hacía como si mirase algo en el
móvil. Mi polla irradiaba un calor inimaginable cuando la mujer abrió los ojos
y vio mi mirada lasciva en su escote.
Me giré tan rápido como pude pero sé que
ella me vio. Muerto de vergüenza esperé la reprimenda pero no la escuché... Me
giré hacia ella, la mire a la cara y me sonrió y con un movimiento muy sutil se
tiró del escote para que observase mejor sus preciosas tetas.Con un valor
renovado me agache lentamente para observarlas y "sin querer" hundí
mi cara en una de sus tetas. Para disculparme y seguir con el juego le escribí
en el móvil: "¿quieres saber cuánto me pones?" a lo que ella me
contesto que sí. Yo cogí su mano y la puse encima de mi paquete. Ella notó lo
caliente y dura que estaba. Quiso saber más de ella y con un ligero movimiento
me desabrocho el pantalón y me tenía la mano metida dentro de los calzoncillos.
Mientras yo le dije que no se emocionara mucho que no quería correrme porque
tendría que ir sucio todo el día. Le propuse que al bajar del bus fuéramos al
baño de tíos a que terminase el trabajito. Paró y durante lo que quedaba de
trayecto dejó apoyarme en sus enormes tetas y eché la siesta más buena de mi
vida. Al llegar me despertó y nos fuimos al lío.
Dentro del baño cerramos y yo
me baje los pantalones y ella se quitó el jersey y el sujetador. Cuando las dejó
libres mi polla se estiró tanto para alcanzarlas que creo que ese día creció.
Como deseaba tanto sus tetas sin pensármelo se las cogí y empecé a chuparle,
mordisquearle y a sobarle los pezones. Lanzó un gemido. Con esas tetas en mis
manos y mi polla dura hice que la rodearan y empecé a bombear ese agujero como
si no hubiese mañana. La mujer cada vez iba más cachonda y tenté a la suerte.
Bajé mi mano hasta su coño. Estaba chorreando y ella no dijo nada así que le
bajé los pantalones y con el mismo empeño de antes le metí la polla en su
morada. ¡Qué gustazo! Los flujos iban y venían al ritmo de mi danza, los
sonidos del placer inundaban el baño hasta que al final nos corrimos los dos.
Dejamos el estropicio allí y nos separamos cada uno por su lado.
No la volví a
ver...
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