miércoles, 17 de agosto de 2016

¿Jugamos?

Vamos a jugar, me dijo ella. Sin manos que es más divertido. Hoy me vas a complacer usando tu lengua. Hablando, dije yo. No iluso, lamiendo.

Me indicó que entrara hasta su habitación y lentamente se tumbó en la cama. Se empezó a desnudar y yo empecé a salivar preparando para disfrutar haciéndola disfrutar a ella. Poco a poco me fui acercando. Estaba recostada. Comencé besándole los dedos de las manos, subí por los brazos inhalando su aroma y saboreando su piel. Llegué a los hombros y no pude evitar dar un pequeño mordisco. Ella suspiró... Dando besitos me acerqué a su cuello. Ladeó la cabeza para que pudiera jugar bien. La besé, la lamí, con dulces soplidos hice que se le erizara la piel. Seguí subiendo. Me paré y jugueteé con su lóbulo izquierdo. Le susurré al oído que me encantaba no poder usar las manos, saborearla y notar como se estremecía. Seguí besándola y llegué a sus labios. Nos unimos en un profundo beso. Nuestras lenguas se probaban. Ella notaba su esencia en mis labios y yo la suya en más profundidad. Mordisqueé sus labios, ella los míos. Las lenguas entrelazadas se despedían para dejarme seguir el viaje recorriendo su cuerpo. Se había acomodado en la cama, tumbada de espaldas para facilitarme la exploración. Bajé hasta sus pechos. Sus pezones erectos me demostraban su excitación. Seguí la circunferencia que los definía. Era mi camino a seguir en ese momento. Los dejé bien húmedos y duros para después morderlos hasta escucharla gemir de placer y un poquito de dolor. Yo sabía que eso a ella le gustaba y a mí también. Mi erección infernal me delataba, pero hoy era una lengua del vicio para ella. Jugando y mordiendo hasta que noté que arqueaba un poco la espalda y separaba las piernas, indicándome que ya me podía adentrar en su sexo. Su respiración entrecortada me recordaba que llegaba al lugar secreto. Cuando vas a entrar en territorio inexplorado, hay que rodear la zona. Yo hice lo mismo. Olí el aroma que desprendía su cueva húmeda y caliente. El recorrido que había hecho, había dado sus frutos. Estaba a punto para dejarme entrar. Sus muslos se estremecían al besarlos. Se estrechaban para que llegara antes. Quedé aprisionado entre sus piernas y no podía más que avanzar. Besé sus labios, los lamí. Pegué mi cara a su calor. Noté sus palpitaciones. Como los músculos de las piernas me atrapaban y no me dejaban salir. Empecé a lamer y a chupar su clítoris. Ella bajó sus manos y apretó mi cabeza para que supiera que iba bien. Círculos, hay que seguir la zona. Mi lengua se alejó de ahí y empezó a probar la cavidad caliente. Con sus manos guiaba mi lengua donde quería que la llevara. Yo servía y disfrutaba. En un momento dado, noté que la presión de las piernas bajaba y se abrían. Mi lengua se hundía más y más en su coño hasta que con un gemido ensordecedor llegó al orgasmo y me dio de beber. Tragué hasta que no pude más... Su elixir caía por mi barbilla. Subí a la cama y la besé. Me acurruqué en su pecho y nos dormimos plácidamente... 

sábado, 13 de agosto de 2016

Voy a hacerme con todos!



Ring, ring, ring, ring, ring...

Ha sonado el despertador. Lo apago. Abro bien los ojos. Miro el calendario. Hoy es el día. Es mi cumpleaños. Es mi décimo octavo cumpleaños. Me levanto corriendo a desayunar. Mi madre me está esperando para felicitarme, pero estoy tan nervioso que ni puedo comer, ni puedo casi, casi, agradecer a mi madre que me felicite. Ella lo comprende, es un día especial para mí. Miro la hora. Me levanto y me marcho corriendo que ya llego tarde…

Llego delante del laboratorio. Me paro. Me pongo tranquilo y recupero la compostura. Abro la puerta y veo delante de mí mi futuro. No adelantaré acontecimientos. Llego al centro de la sala y me saluda una voz realmente sensual, ya la conozco, es la voz de la profesora @Lady_Susurro. Me giro y la veo despampanante con su bata a medio embotonar porque su busto le impide atarla más. Me pide el DNI y comprueba que, efectivamente, tengo 18 años. Hecho esto, ya sé lo que va a suceder, pero que ganas tenía de escuchar su discurso:

“Bienvenido a este nuevo mundo por descubrir, Miradita. A partir de hoy vas a empezar a aprender el bello arte de satisfacer a una mujer. Viajarás por el mundo aprendiendo nuevas técnicas y consiguiendo nuevos instrumentos que te facilitarán la tarea para llegar a tu objetivo, que es provocar orgasmos a todas las mujeres que te cruces por el mundo. No siempre lo conseguirás, a veces es complicado y las batallas son duras, pero no desesperes, tienes que ir aprendiendo siempre. Nunca, y ya te lo digo yo, serás el perfecto entrenador porque cada cuerpo femenino es único y, por lo tanto, no hay una táctica que sirva para dos mujeres. Tendrás que intuir que les gusta, empatizar con ellas y atacar cuando escuches el más leve gemido de placer. Tendrás que activar tus cinco sentidos si quieres ser el mejor.

A cada pueblo que vayas, habrá dos cosas importantes que tendrás que buscar. La primera es que allí podrás adquirir un nuevo vibrador, pero solo uno así que elige con cuidado. La segunda es la mujer que aceptará tu primera batalla en ese pueblo sin rechistar. Te recomiendo que cuando sepas quien es, te informes sobre sus gustos y todo lo que le pueda gustar para vencerla. De ella dependerá que en ese pueblo tengas más batallas o no. Tu evolución como entrenador, depende del boca a  boca y ella es la que lo empieza. Si no lo haces, todas te rechazarán, si lo haces bien seguirás cogiendo experiencia porque tendrás más batallas en ese pueblo.

Aquí te entrego la Orgásmex, el dispositivo electrónico donde se almacenarán todas tus batallas, todos los vibradores que tienes en tu poder y las habilidades que has conseguido. Es importante que aprendas a usarla rápido ya que para las batallas, solo puedes usar cuatro movimientos que sepas, pero gracias a la Orgásmex puedes cambiarlos a voluntad, antes de la batalla, nunca durante.

Ahora procederemos a la parte más importante como entrenador. Elegir tu primer vibrador. Porque aun estás muy poco entrenado como para usar tu polla. Tienes tres opciones, la primera es el Satisfyer Pro 2 es el nuevo estimulador de clítoris con 11 programas de vibración y pulsaciones, fabricado en silicona y ABS, es resistente al agua, fácil de limpiar y recargable mediante cable usb. La segunda opción es el vibrador dildo Fantasía de 18 cm de color lila, hecho de silicona médica 100% de alta calidad. Curvado para masajear el punto G. Incluye mando vibrador con 7 modos de vibración. Y tu tercera y última opción es un conejito vibrador Leo con tacto suave y doble motor con tres vibraciones distintas cada uno. Elige uno. Piénsatelo bien que no podrás cambiar una vez elegido.”

- Pues pensándolo bien, elegiré el dildo vibrador fantasía. Sí, ese me quedo.
 

- ¡Buena elección! Ahora haremos una batalla de prueba. Mira tu Orgásmex para saber que ataques tienes, como es para practicar yo te diré los que tengo. Los míos son cerrar piernas, patada, encandilar y bofetada – me dijo @Lady_Susurro.

Mirando la Orgásmex mis ataques son penetrar, masajear, lamer y esquivar.

- Te explicaría los movimientos pero son muy obvios. ¡Empecemos! – me dijo ella.

En mi primer movimiento, uso penetrar, que es poco efectivo, y ella usa cerrar piernas que es muy efectivo. Me suelta: como se nota que eres un yogurín, si empiezas así pocas batallas vas a ganar.

En el segundo movimiento, uso masajear las tetas que es muy efectivo contra @Lady_Susurro y ella usa encandilar, en el siguiente turno no puedo esquivar su ataque.

El tercer turno, uso lamer tetas, los pezones de los enormes pechos de @Lady_Susurro en mi boca, que placer… Ella usa patada dirigida a los huevos. Como no lo puedo esquivar me retuerzo de dolor y pierdo un turno.

En el cuarto turno, yo estoy retorciéndome de dolor y ella usa cerrar piernas.

En el quinto, uso masajear clítoris que desactiva el cerrar piernas que ella usó anteriormente. Dato que almaceno en la Orgásmex para contrarrestar el cerrar piernas. Ella usó bofetada por pervertido y no saberle tocar el clítoris perfectamente.

Se termina el combate porque me ha debilitado.

De esta pelea he aprendido una gran lección que las cosas despacio, pero bien hechas. Las prisas nunca son buenas.

No te preocupes, me dijo ella. Venga que yo te animo, abriéndose la bata y dejando libres sus tetas. Eso junto con la batalla me provoca una erección. Me bajo los pantalones y el mito de que hace muy buenas cubanas es cierto. Se mete mi polla entre las tetas y empieza a subir y abajo. El calor que desprende y lubricada con su saliva me pone a mil. Nota como la sangre endurece mi polla y aumenta el ritmo. La estruja más y al final sin poder aguantar me corro sobre ella… con una sonrisa en la cara y satisfecha de su trabajo bien hecho se decide a levantarse, pero la que no se baja es mi polla.

Creo que no quiere terminar de jugar, dije yo. Pues te he subestimado, pensó ella. Con la bata aun abierta, se tumba en la mesa donde había el resto de vibradores que descarté y se abre de piernas. Me enseña su esplendoroso coño para que lo penetre con mi estaca. Lentamente la introduzco dentro de esa cavidad caliente y húmeda debida a la batalla anterior. No es tan grande como tu vibrador, me dice ella con una sonrisa malvada. Se piensa que así me bajará la erección, pero no me conoce y eso solo me da más ánimos para empotrarla de verdad. La mantengo dentro para notar su calor y que ella note el mío. Siento el movimiento de sus músculos vaginales y me acompaso a su cadencia. Sigo el ritmo de sus caderas, escucho sus gemidos, quedo hipnotizado por el balanceo de sus pechos, los agarro, los masajeo y chupo sus pezones. No puede evitar soltar suspiros y rodearme con las piernas para que esté pegadito a ella. Me preparo para las últimas embestidas y llegar al orgasmo (esto se guardará en la Orgásmex, me pregunto) cuando de repente escucho la puerta. Por ella entra mi archienemiga, de mí misma edad, que cumple años el mismo día que yo, para hacerse también entrenadora de orgasmos. Mientras penetro a fondo a @Lady_Susurro la miro a los ojos y me corro con la profesora a la vez…

lunes, 8 de agosto de 2016

Afortunado!



Hoy os voy a explicar cómo conseguí mi espectacular foto de portada.

Todo empezó el verano de 2016, cuando empecé a conversar con la tuitera y webcamer @PlatanitaX. La conversación se disparó por fijarme en los pequeños detalles que esconden en los grandes pechos. Ella puso una foto en la bañera, yo me fijé en la marca de moreno sobre sus preciosas tetas y de ahí pasamos a DMs.
Desde el principio hubo buen feeling, empezamos a conocernos, cada uno preguntaba cosas de la vida del otro pero para acertar jugábamos al juego de frío y caliente. Terminamos siendo muy buenos amigos y la confianza aumentó hasta tal punto que coincidió que ella en un par de semanas o un mes tenía vacaciones y nos pusimos a organizar un viaje para ir yo durante sus vacaciones a Tenerife.

Llegó el día de irme para allá. Tenía todo preparado. En una conversación anterior con @PlatanitaX llegué a la conclusión que me encantaba ir sin ropa interior así que hacía un par de semanas que lo había puesto en práctica. Llegamos al aeropuerto, embarqué las maletas y suerte que al pasar por el escáner no me hicieron ninguna revisión, ni quitarme ropa aunque si me hubiera cacheado la guardia que estaba allí me hubiese dejado gustosamente.

De Mallorca a Madrid no hubo ningún problema. El vuelo fue sin incidentes.

Entré en el segundo avión para ir a Tenerife y ya sabía yo que me tocaba primera fila, pero no que hubieran dos azafatas de toma pan y moja delante de mí. El problema fue que, evidentemente, les vi todo lo de abajo a las dos y una se percató. Sin dejar de observar sus cruces de piernas, empecé a notar severas pulsaciones en mi parte de abajo y mis malditos pantalones anchos no solo le permitían ver como un bulto aparecía sino que también, al tener las perneras anchas, podía ver cómo me crecía y crecía. Al percatarse que yo me había fijado en que ella se había fijado soltó una sonrisita pícara. Todo el tiempo del despegue y hasta que no se quitó la señal de quitarse el cinturón, la azafata lo usó para centrar mi atención en su entrepierna y lo disfrutó. Se giró a su compañera para advertirle de esa diversión pasajera que había en el avión, pero solo me miró con cara de asco. Parece que no le gustaba tanto. La azafata se levantó y empezaron a repartir lo típico en los aviones, si queríamos bebida, etc.

A la mitad del viaje, aun mantenía la erección y ya empezaba a ser incómodo así que decidí ir al baño a aliviarme y poder descansar o descargar, lo que os apetezca más pensar. Me dirigí hacia allí, abrí la puerta y cuando iba a cerrar unos tacones trabaron la puerta. Era la azafata. 

-          - ¿A dónde vas? – me preguntó.
-          - Al baño, no lo ves – le contesté.
-          - Pues yo también entro. Esto no me lo quiero perder – dijo, entrando tras de mí.

Yo no la obligué a salir porque me excitaba más que se quedara, pero no cabíamos en ese bañito. Cuando estuvimos dentro, mi polla dura rozaba con la azafata al hacer ella cualquier movimiento. Eso la ponía cachonda. A mí aun más. Llegamos a la conclusión de que solo podíamos jugar con las manos, así que me bajé los pantalones y ella, jugueteando con mi polla, empezó a masturbarme y a decirme: como me ensucies el uniforme te mato a lo que yo contesté que me era imposible moverme. Al final, al estar a punto de correrme la avisé (y sí, la avisé de verdad) y me corrí en su mano libre. Al tener mi semen en su poder era libre de hacer lo que quisiera pero eligió la que me puso más cachondo aun… tragárselo todo. Me dijo que quedaba rato para aterrizar así que me tocaba hacer el juego de manos a mí. Se bajo la falda y las bragas y empecé tocando su clítoris. Estaba palpitante. La situación la ponía muy cachonda. Exploré sus labios, iba tanteando la zona con mis dedos. Introduje uno de mis dedos, sin dejar de mover mi pulgar sobre su clítoris. Para adentrarme más en su paraíso, me chupé los dedos uno a uno deleitándome con su dulce néctar. Le metí dos dedos, haciendo círculos, buscando las zonas que la hacían suspirar de placer. Tres, cada vez tocaba más puntos que la hacían gemir. Cuatro, no podía reprimirse. Le tuve que tapar la boca con un beso. Seguí así hasta que la chica no pudo más y estalló. Ella sí que me mojó pero su ropa se salvó. Con las manos chorreantes me lamí cada uno de mis dedos. La azafata se vistió y casi era la hora de sentarnos para aterrizar. Nos sentamos y no pudimos dejar de mirarnos en todo el aterrizaje excitándonos mutuamente. Nos despedimos con una sonrisa y yo con una mancha húmeda en el pantalón.

Al recoger la maleta y salir, me encontré al fin con @Platanitax. Estaba muy nervioso, los cara a cara no se me daban bien. Venía con unos shorts negros y una camiseta de tirantes. Me percaté que debajo llevaba el bikini, supuse que vendría de la playa porque llegué sobre las seis de la tarde. Estaba impresionante, desde la última foto que me mandó se había puesto más morena y le quedaba espectacular. La fui a saludar pero se me hizo un nudo en la garganta así que ella empezó. Nos dimos dos besos y un fuerte abrazo amistoso aunque cuando noté la presión de su cuerpo sobre el mío no pude evitar tener un escalofrío de placer.

Subimos a su coche y llegamos a su casa. Dentro del coche pude relajarme un poquito y no sé porque le conté lo sucedido en el avión y no pude evitar una erección  a lo que ella se puso a reír y yo contesté que no lo podía evitar, que era de erección fácil y que su camiseta también había contribuido a eso (guiño, guiño). Entramos a su casa y me enseñó la habitación donde dormiría, no la suya pillines que ya os lo estabais imaginando. Dejé las cosas y me propuso ir a la playa que por eso llevaba el bikini puesto. Le dije que en un momento salía que me tenía que cambiar, a lo que me miró y se rió. Con todo lo que te he visto me dirás que ahora tienes vergüenza, me dijo. Así que le dije que tenía razón. Me quité la camiseta y el pantalón y con los bóxers fui lentamente con la mirada fija en ella y pasó lo que os podéis imaginar, que se me puso más dura que una piedra. Se me acercó y la acarició con sus suaves manos. El leve roce hizo que se me pusiera aún más dura pero me dijo que no era el momento, que ya lo habíamos hablado. Me dio unos minutos para que se calmara y me puse los bañadores.

Llegamos a la playa y extendimos nuestras toallas. El sol a esa hora aun era fuerte y decidimos ponernos crema. Recordé nuestra primera conversación donde le mencionaba que tenía el bikini marcado. Ella también recordándola me dijo hoy hago topless y me guiño un ojo. Lentamente, como yo había hecho anteriormente con los bóxers, se quitó la parte de arriba del bikini dejando sus pechos al descubierto. Nos pusimos crema por las partes donde llegábamos y ella me pidió que le pusiera en la espalda. Mis manos se movían con gracilidad por su espalda y cuando intentaba cruzar los límites, ella me paraba. Mis manos intentaron bajar hacia su culo, intentaron llegar a sus pechos pero ella me paraba. Después le pedí yo lo mismo. Noté como también no se quería parar, era más fácil obligar que alguien se pare que no pararte tú cuando estás dando crema. Pararla fue divertido, nuestras manos rozaban con la intención de tocar pero lo que hacíamos era rechazarnos. Al fin terminó la tortura y volvimos a relajarnos. Fuimos a tomar un baño, jugamos en el agua. Estaba fresquita. Nos tiramos agua, nos abrazamos y todo el tiempo estuve mirando el hipnotizante movimiento de sus pechos. Salimos del agua y nos secamos al sol. La observé, mirando como las gotas se escurrían sobre su cuerpo hasta la toalla. Le quedó una gota sobre el pezón y cuando estuvo con los ojos cerrados, se la cogí con un dedo y me lo llevé a la boca. Se estremeció y abrió los ojos a lo que yo le dije no me he podido resistir, una gota estaba sobre tu pezón y te la he tenido que quitar. Me sonrió, pero no se enfadó. Nos terminamos de secar y nos fuimos para su casa. Cuando se puso cómoda no pude dejar de mirarla. Tan natural y sencilla. Cenamos y cada uno fue a su habitación. Lo último que tuve en mente fue a ella. Rememorando el día noté la fuerte conexión que había entre nosotros.

Al día siguiente, la vi recién levantada y no pude más que sonreír. Después de verla en tantas fotos y verla ahora así, despeinada y con cara de dormida, no pude evitarlo. Ella cuando me vio sí que soltó una gran carcajada porque me levanté con una buena erección mañanera y la maldita no bajaba así que pensé a la porra, no verá nada que no haya visto, pero el factor risa sabía que saldría. Unas risas más tarde, la erección me bajó y desayunamos. Comimos, volvimos a la playa y el plan para la  noche era salir de fiesta a que me enseñara el ambiente fiestero de Tenerife.

Cuando nos vestimos para salir por la noche, yo intenté vestirme bien pero ya me conocéis, no se me da muy bien eso y ella se puso un vestido despampanante que me sacó los ojos de las órbitas. Ni yo me lo creía, cuando pasábamos por la discoteca la gente me miraba pensando qué puñetas ha hecho este para ir con esta chica. Me sentía odiado por los demás chicos y halagado por ser amigo de @Platanitax. Bailamos, bebimos y rozamos nuestros cuerpos al ritmo de la música que ponían. Parecíamos en trance y disfruté esa noche. Al llegar a su casa, seguimos hablando de nosotros, de Twitter, y cuando entré en mi perfil vi lo de la foto de portada y se lo comenté, que era muy complicado encontrar a alguien que se ofreciera. Que tonto eres me dijo y se quitó el vestido negro dejando solo un tanga que le tapaba su cuerpo. Venga píntame tu nombre y hazme la foto. Me dejó un lápiz de ojos y se lo pinté, sujeté su pecho para que no se moviera saboreando el momento. Cuando estuvo perfectamente escrito, como os podéis imaginar me costó (guiño guiño), cogí mi móvil y me dispuse a hacerle las fotos para ponerlas en la portada de mi perfil. Mi cámara captó la esencia y naturalidad de @PlatanitaX en esa imagen. Salieron muchas más fotos que se quedaron en la intimidad. Al terminar de hacerle fotos, me paré y la observé con mirada lujuriosa. No pude evitarlo. Me acerqué a ella, notó como me iba el corazón a cien, el suyo también. Le di un largo beso. No lo pude reprimir. Llevaba desde que había llegado con ganas de hacerlo. Luego le susurré al oído que le iba a agradecer lo de la foto, ella me dijo que no importaba pero tenía que hacerlo. Bajé mi cabeza a sus pechos, besando donde había mi nombre de usuario, después sus pezones, lamiendolos y mordiendolos con suavidad. Bajando por su vientre notando como se le iba acelerando la respiración. Con las manos le bajé ese pequeño tanga que llevaba puesto. 

Tuve su monte Venus delante. Aspiré el aroma que desprendía. Besé y lamí sus muslos, notando como los abría para que pudiera llegar mejor. Besé su sexo. Cuanto lo anhelaba pero no lo iba a hacer sin su consentimiento. Me puso las manos sobre la cabeza indicándome que siguiera. Con la lengua, lamí sus labios. Encontré su clítoris y lo chupé, con mis dedos exploré el interior de su vagina, estaba caliente y húmeda. Saqué los dedos y me los chupé, mirándola con cara de ganas de más. Me volvió a hundir la cara entre sus piernas. No me negué. Mi lengua lamió su raja de arriba a abajo, la metí hasta donde pude. Busqué los recovecos que más la hacían gemir. Después allí es donde centré mi atención. Sus gemidos se iban haciendo más fuertes y su respiración más entrecortada. Le dije que me avisara cuando su fuera a correr pero no tuve tiempo. Puso sus piernas sobre mis hombros y las cerró. Tenía mi cabeza aprisionada y yo solo quería usar mi lengua en su precioso coño. Noté como arqueaba su espalda, como se estremecía y me preparé para recibir sus calientes y excitantes fluidos. La cara me quedó llena, goteando su elixir por mi barba y deslizándose sobre mi pecho...

Y así es como conseguí la foto de portada de @PlatanitaX.

viernes, 5 de agosto de 2016

Trío demoníaco



Quedamos en el lugar y la hora indicada. Primero fuimos a cenar y nos pusimos las botas comiendo. Nos echamos unas risas, nos íbamos conociendo, mirándonos a los ojos, como nunca habíamos hecho.

En la sobremesa la conversación fue subiendo de tono, sabían lo que me gustaba así que me contaban sus travesuras en la cama y otros lugares más públicos. Notaba como mi polla se ponía dura y Ángela lo advirtió y dijo: “Dimonió creo que ya es hora de ir a casa, hay alguien listo para jugar” y me dio un toque en el paquete para hacerme saber que me había visto y comprobar mi dureza.

Cogimos su coche y yo dejé el mío. Mi corazón iba desbocado. Sabía que pasaría y los nervios asomaban, no podía respirar. Ángela se giró y me dijo: “Ponte tranquilo, vienes a disfrutar, no vas a hacer nada que no desees”.

Llegamos a su casa y me la enseñaron un poco. Luego no sentamos en el salón y Ángela y yo y Demonio me ofreció algo para beber pero yo no quería nada pero luego sacó unas Herbes Dolces y no las pude rechazar. Es más, así me quitaría un poco los nervios de encima. Me trajo la copa llena y le di las gracias. Se sentó al otro lado del sofá y dejó a Ángela en medio.

Seguimos hablando mientras bebíamos, y de repente Demonio empezó a besarla. Yo me quedé sin saber que hacer pero Demonio me ayudó, agarró mi mano y la puso sobre el pecho de Ángela girándome hacia a ella. Empecé a palpar mientras me acerqué a su cuello y lo besé suavemente. Probé su carne y seguí besándola, Demonio su boca y yo su cuello y mientras seguía con la mano en su teta así que entre los dos la bajaron hasta la entrepierna de Ángela y ella hizo lo mismo con las suyas y nuestras entrepiernas, se puso un polla en cada mano. Nos bajamos los pantalones los dos, y ella se levantó y se los bajó poniendo su culazo en nuestras caras y se volvió a sentar para seguirnos tocando. Sintió como a los dos nos empezaban a crecer las pollas y a salir de los bóxers. A ella se le empezaba a calentar también el coño, lo notaba en mi mano. La saqué y me chupé los dedos. El sabor era indescriptible. Los dos sabían que me moría de ganas de comérmelo así que me dieron permiso para probar. Me arrodillé y bajé sus bragas lentamente hasta dejar al descubierto su monte Venus.

Con sus bragas en las manos, me las acerqué a mi nariz e inspire fuertemente. El olor a coño me puso muy perraco y lo siguiente fue darle una lamida al de Ángela. Su aroma y sabor se juntaron en mi mente. Una erección me apareció. Mientras Demonio la besaba y la desnudaba de cintura para arriba. Él iba más lento, ya la conocía. Jugaba con sus pezones mientras yo empezaba a conocer su entrepierna. Con sus bragas empecé a masturbarme. Ángela me miró y me dijo: “Déjalas bien mojadas”. Seguí tocándome con sus bragas mientras mis labios besaban su entrepierna agradeciéndole poder estar ahí, seguí chupando, lamiendo y jugando con mis dedos en su coño húmedo hasta que Demonio me hizo parar y dijo: “Vamos a la habitación que estaremos más cómodos.”

Nos levantamos, Demonio y yo íbamos mástil en alto y Ángela con un rabo en cada mano nos guió hasta el cuarto donde Demonio se giró hacia mí y soltó: “Tú aún no puedes entrar. Quédate aquí en la puerta y espera a que te dejemos”. Me quedé allí plantado mientras veía como Demonio se tumbaba en la cama bien empalmado y como Ángela se subía encima y mirándome se insertaba el falo duro y largo mientras yo lo único que podía hacer era mirar y tocarme desenfrenadamente. Empezó a cabalgar sobre la polla y le dijo a Demonio que estaba jugando con sus dedos en el ano de Ángela: “Mira como se toca parece un mono” y se giró hacia mí y soltó: “¡Tócate! Así más rápido… Se te está poniendo muy roja. Te gusta lo que ves ehhh…”. No sé porque eso me ponía de un cachondo que flipas y seguí haciéndolo mientras Demonio cogió a Ángela y la puso a cuatro patas sobre la cama. Al hacer eso me fijé en su cara y vi una sonrisa de oreja a oreja en ella. Todo su cuerpo reflejaba unas ganas intensas de sentir su dominación.

Demonio vio que estaba lista, caliente y mojada para entrar. Colocando su sable en su culo con un empujoncito introdujo su glande, con otro empujón metió su pollón hasta el fondo y sus huevos, yo había desaparecido de escena, era un simple observador que cada vez se ponía mas cachondo viendo como las energías de Demonio satisfacían y hacían morir de placer a Ángela. Ella recibía cada penetración con un gemido, él sentía como palpitaba al perforarla. Al ver esa escena, no pude más que acercarme y notar el calor que desprendían. Estaban tan extasiados que ni notaron mi presencia. Cuando se dieron cuenta de lo cerca que estaba y la dureza que había entre mis piernas me preguntaron que quería hacer… yo les contesté que tenía muchas ganas de que me la chuparan y así sin más Ángela se puso delante de mí y cogió mi rabo con la mano y su boca. Para mi sorpresa, Demonio se agachó también y enlazó su lengua con la de ella para lamerme. Solo pude soltar: “Dos son mejor que una”. Iba demasiado cachondo y me entregué a su lujuria y dejé que jugaran con sus manos, sus lenguas y mi polla. Hasta el punto en que me iba a correr. Les avisé y descargué toda mi leche acumulada sobre ellos. Mientras mi pene se iba relajando ellos se lamian lo derramado sobre su cuerpo.

Recién excitados con mi corrida, Ángela se tumbó en la cama con las piernas bien abiertas para que Demonio penetrara su coño calentito. Yo tenía esa escena delante de mis narices, con cuidado puse un cojín en su espalda e hice que levantara un poco su espectacular culo en el cual puede introducir mi lengua lentamente, apartando las nalgas y esquivando los huevos de Demonio mientras la hacía vibrar. Demonio se aprovechó de la situación y me restregó toda su arma por la cara, a traición y sentí la mezcla de fluidos en mi boca. Me gustó. Mientras seguía metiendo la polla en ese precioso agujero, yo lamía y lamía tanto coño como polla, notando que eso incrementaba el placer en ambos y en mi, mi miembro estaba duro nuevamente y pensé que era hora de que Ángela lo probara.

Dejé de lamer y expuse mi dureza delante de ellos. Demonio comprendió que quería probar a Ángela con mi polla y me dejó. Le di las gracias y empecé tanteando, lentamente, metiéndola poco a poco, para sentir cada momento, Ángela ya estaba receptiva gracias al buen trabajo de Demonio. Se notaba su excitación sobre toda su piel pero iba demasiado lento. Se aburría así que Demonio metió acción a la escena. Cogió mis nalgas con sus manos y empezó a hacerme bombear a Ángela con buen ritmo. Al saber el compás del juego, seguí yo solo mientras él acariciaba y besaba todo su cuerpo.

Yo salí antes de que se corriera Ángela porque no quería que Demonio no se llevara el mérito y además yo era un invitado así que tenía que portarme bien. Ya que éramos dos hombres y una mujer nos planteamos hacer una doble penetración. Nos recostamos los tres en la cama con Ángela en medio, obvio, y cada uno penetró a Ángela por un lado. Cuando se vio llena, abrió bien los ojos lujuriosos y cuando estuvo preparada empezamos a entrar y salir para hacerla gozar. Nuestros arremetimientos se sincronizaron y al cabo de unos minutos a cada estocada oíamos el choque de nuestros testículos, a mi hizo gracia y me reí mientras seguía con mi trabajo. Yo notaba que no iba a aguantar mucho más y las palpitaciones que notaba al estar dentro de Ángela demostraban que a ellos dos tampoco, así que empezamos  a aumentar el ritmo y resoplar y a gemir como locos para terminar con una explosión de fluidos que llenó la cama al terminar. El esfuerzo nos dejó extenuados y nos dormimos.