Hoy os voy a explicar cómo conseguí mi espectacular foto de portada.
Todo empezó el verano de 2016, cuando empecé
a conversar con la tuitera y webcamer @PlatanitaX. La conversación
se disparó por fijarme en los pequeños detalles que esconden en los grandes
pechos. Ella puso una foto en la bañera, yo me fijé en la marca
de moreno sobre sus preciosas tetas y de ahí pasamos a DMs.
Desde el principio hubo buen feeling, empezamos a
conocernos, cada uno preguntaba cosas de la vida del otro pero para acertar jugábamos
al juego de frío y caliente. Terminamos siendo muy buenos amigos y la
confianza aumentó hasta tal punto que coincidió que ella en un par de semanas o un mes
tenía vacaciones y nos pusimos a organizar un viaje para ir yo
durante sus vacaciones a Tenerife.
Llegó el día de irme para allá.
Tenía todo preparado. En una conversación anterior con
@PlatanitaX llegué a la conclusión que me encantaba ir sin ropa interior
así que hacía un par de semanas que lo había
puesto en práctica. Llegamos al aeropuerto, embarqué las maletas y
suerte que al pasar por el escáner no me hicieron ninguna revisión,
ni quitarme ropa aunque si me hubiera cacheado la guardia que estaba allí
me hubiese dejado gustosamente.
De Mallorca a Madrid no hubo ningún problema. El
vuelo fue sin incidentes.
Entré en el segundo avión
para ir a Tenerife y ya sabía yo que me tocaba primera fila, pero no
que hubieran dos azafatas de toma pan y moja delante de mí.
El problema fue que, evidentemente, les vi todo lo de abajo a las dos y una se
percató. Sin dejar de observar sus cruces de piernas, empecé
a notar severas pulsaciones en mi parte de abajo y mis malditos pantalones
anchos no solo le permitían ver como un bulto aparecía
sino que también, al tener las perneras anchas, podía ver cómo
me crecía y crecía. Al percatarse que yo me había
fijado en que ella se había fijado soltó una sonrisita
pícara.
Todo el tiempo del despegue y hasta que no se quitó la señal
de quitarse el cinturón, la azafata lo usó
para centrar mi atención en su entrepierna y lo disfrutó.
Se giró a su compañera para advertirle de esa diversión
pasajera que había en el avión, pero solo me miró
con cara de asco. Parece que no le gustaba tanto. La azafata se levantó
y empezaron a repartir lo típico en los aviones, si queríamos
bebida, etc.
A la mitad del viaje, aun mantenía la erección
y ya empezaba a ser incómodo así que decidí ir al baño a aliviarme y poder descansar o
descargar, lo que os apetezca más pensar. Me dirigí
hacia allí, abrí la puerta y cuando iba a cerrar unos
tacones trabaron la puerta. Era la azafata.
-
- ¿A dónde vas? – me preguntó.
-
- Al baño, no lo ves – le contesté.
- - Pues yo también entro. Esto no me lo quiero perder –
dijo, entrando tras de mí.
Yo no la obligué a salir porque me excitaba más
que se quedara, pero no cabíamos en ese bañito. Cuando
estuvimos dentro, mi polla dura rozaba con la azafata al hacer ella cualquier
movimiento. Eso la ponía cachonda. A mí aun más.
Llegamos a la conclusión de que solo podíamos jugar con
las manos, así que me bajé los pantalones y ella, jugueteando con
mi polla, empezó a masturbarme y a decirme: como me ensucies el uniforme te
mato a lo que yo contesté que me era imposible moverme. Al final,
al estar a punto de correrme la avisé (y sí, la avisé de verdad) y me corrí
en su mano libre. Al tener mi semen en su poder era libre de hacer lo que
quisiera pero eligió la que me puso más cachondo aun…
tragárselo todo. Me dijo que quedaba rato para aterrizar así
que me tocaba hacer el juego de manos a mí. Se bajo la falda y las bragas y empecé
tocando su clítoris. Estaba palpitante. La situación la ponía
muy cachonda. Exploré sus labios, iba tanteando la zona con
mis dedos. Introduje uno de mis dedos, sin dejar de mover mi pulgar sobre su clítoris.
Para adentrarme más en su paraíso, me chupé los dedos uno
a uno deleitándome con su dulce néctar. Le metí dos dedos,
haciendo círculos, buscando las zonas que la hacían suspirar de
placer. Tres, cada vez tocaba más puntos que la hacían
gemir. Cuatro, no podía reprimirse. Le tuve que tapar la boca
con un beso. Seguí así hasta que la chica no pudo más
y estalló. Ella sí que me mojó pero su ropa
se salvó. Con las manos chorreantes me lamí cada uno de
mis dedos. La azafata se vistió y casi era la hora de sentarnos para
aterrizar. Nos sentamos y no pudimos dejar de mirarnos en todo el aterrizaje
excitándonos mutuamente. Nos despedimos con una sonrisa y yo con una
mancha húmeda en el pantalón.
Al recoger la maleta y salir, me encontré
al fin con @Platanitax. Estaba muy nervioso, los cara a cara no se me daban
bien. Venía con unos shorts negros y una camiseta de tirantes. Me percaté
que debajo llevaba el bikini, supuse que vendría de la playa porque llegué
sobre las seis de la tarde. Estaba impresionante, desde la última
foto que me mandó se había puesto más morena y le quedaba espectacular. La
fui a saludar pero se me hizo un nudo en la garganta así que ella
empezó. Nos dimos dos besos y un fuerte abrazo amistoso aunque
cuando noté la presión de su cuerpo sobre el mío
no pude evitar tener un escalofrío de placer.
Subimos a su coche y llegamos a su casa. Dentro del coche
pude relajarme un poquito y no sé porque le conté lo sucedido
en el avión y no pude evitar una erección
a lo que ella se puso a reír y yo contesté que no lo podía
evitar, que era de erección fácil y que su camiseta también
había contribuido a eso (guiño, guiño). Entramos a su casa y me enseñó
la habitación donde dormiría, no la suya pillines que ya os lo
estabais imaginando. Dejé las cosas y me propuso ir a la playa
que por eso llevaba el bikini puesto. Le dije que en un momento salía
que me tenía que cambiar, a lo que me miró y se rió. Con todo lo que te he visto me dirás
que ahora tienes vergüenza, me dijo. Así que le dije
que tenía razón. Me quité la camiseta y el pantalón
y con los bóxers fui lentamente con la mirada fija en ella y pasó
lo que os podéis imaginar, que se me puso más dura que una piedra. Se me acercó
y la acarició con sus suaves manos. El leve roce hizo que se me pusiera aún
más
dura pero me dijo que no era el momento, que ya lo habíamos hablado.
Me dio unos minutos para que se calmara y me puse los bañadores.
Llegamos a la playa y extendimos nuestras toallas. El sol a
esa hora aun era fuerte y decidimos ponernos crema. Recordé
nuestra primera conversación donde le mencionaba que tenía
el bikini marcado. Ella también recordándola me dijo hoy hago topless y me guiño
un ojo. Lentamente, como yo había hecho anteriormente con los bóxers,
se quitó la parte de arriba del bikini dejando sus pechos al
descubierto. Nos pusimos crema por las partes donde llegábamos y ella
me pidió que le pusiera en la espalda. Mis manos se movían
con gracilidad por su espalda y cuando intentaba cruzar los límites,
ella me paraba. Mis manos intentaron bajar hacia su culo, intentaron llegar a
sus pechos pero ella me paraba. Después le pedí yo lo mismo. Noté como también
no se quería parar, era más fácil obligar que alguien se pare que no
pararte tú cuando estás dando crema. Pararla fue divertido,
nuestras manos rozaban con la intención de tocar pero lo que hacíamos
era rechazarnos. Al fin terminó la tortura y volvimos a relajarnos.
Fuimos a tomar un baño, jugamos en el agua. Estaba fresquita.
Nos tiramos agua, nos abrazamos y todo el tiempo estuve mirando el hipnotizante
movimiento de sus pechos. Salimos del agua y nos secamos al sol. La observé,
mirando como las gotas se escurrían sobre su cuerpo hasta la toalla. Le
quedó una gota sobre el pezón y cuando estuvo con los ojos cerrados,
se la cogí con un dedo y me lo llevé a la boca. Se estremeció
y abrió los ojos a lo que yo le dije no me he podido resistir, una
gota estaba sobre tu pezón y te la he tenido que quitar. Me sonrió,
pero no se enfadó. Nos terminamos de secar y nos fuimos para su casa. Cuando se
puso cómoda no pude dejar de mirarla. Tan natural y sencilla. Cenamos
y cada uno fue a su habitación. Lo último que tuve en mente fue a ella.
Rememorando el día noté la fuerte conexión que había
entre nosotros.
Al día siguiente, la vi recién
levantada y no pude más que sonreír. Después
de verla en tantas fotos y verla ahora así, despeinada y con cara de dormida, no
pude evitarlo. Ella cuando me vio sí que soltó una gran carcajada porque me levanté
con una buena erección mañanera y la maldita no bajaba así
que pensé a la porra, no verá nada que no haya visto, pero el factor
risa sabía que saldría. Unas risas más tarde, la
erección me bajó y desayunamos. Comimos, volvimos a la
playa y el plan para la noche era salir
de fiesta a que me enseñara el ambiente fiestero de Tenerife.
Cuando nos vestimos para salir por la noche, yo intenté
vestirme bien pero ya me conocéis, no se me da muy bien eso y ella se
puso un vestido despampanante que me sacó los ojos de las órbitas. Ni yo
me lo creía, cuando pasábamos por la discoteca la gente me
miraba pensando qué puñetas ha hecho este para ir con esta
chica. Me sentía odiado por los demás chicos y halagado por ser amigo de
@Platanitax. Bailamos, bebimos y rozamos nuestros cuerpos al ritmo de la música
que ponían. Parecíamos en trance y disfruté
esa noche. Al llegar a su casa, seguimos hablando de nosotros, de Twitter, y
cuando entré en mi perfil vi lo de la foto de portada y se lo comenté,
que era muy complicado encontrar a alguien que se ofreciera. Que tonto eres me
dijo y se quitó el vestido negro dejando solo un tanga que le tapaba su
cuerpo. Venga píntame tu nombre y hazme la foto. Me dejó un lápiz
de ojos y se lo pinté, sujeté su pecho para que no se moviera
saboreando el momento. Cuando estuvo perfectamente escrito, como os podéis
imaginar me costó (guiño guiño), cogí mi móvil y me dispuse a hacerle las fotos
para ponerlas en la portada de mi perfil. Mi cámara captó la esencia y naturalidad de @PlatanitaX
en esa imagen. Salieron muchas más fotos que se quedaron en la intimidad.
Al terminar de hacerle fotos, me paré y la observé con mirada
lujuriosa. No pude evitarlo. Me acerqué a ella, notó como me iba
el corazón a cien, el suyo también. Le di un largo beso. No lo pude
reprimir. Llevaba desde que había llegado con ganas de hacerlo. Luego le
susurré al oído que le iba a agradecer lo de la foto,
ella me dijo que no importaba pero tenía que hacerlo. Bajé
mi cabeza a sus pechos, besando donde había mi nombre de usuario, después
sus pezones, lamiendolos y mordiendolos con suavidad. Bajando por su vientre
notando como se le iba acelerando la respiración. Con las manos le bajé
ese pequeño tanga que llevaba puesto.
Tuve su monte Venus delante. Aspiré el aroma que
desprendía. Besé y lamí sus muslos, notando como los abría
para que pudiera llegar mejor. Besé su sexo. Cuanto lo anhelaba pero no lo
iba a hacer sin su consentimiento. Me puso las manos sobre la cabeza indicándome
que siguiera. Con la lengua, lamí sus labios. Encontré
su clítoris y lo chupé, con mis dedos exploré
el interior de su vagina, estaba caliente y húmeda. Saqué los dedos y me los chupé,
mirándola con cara de ganas de más. Me volvió a hundir la
cara entre sus piernas. No me negué. Mi lengua lamió su raja de
arriba a abajo, la metí hasta donde pude. Busqué
los recovecos que más la hacían gemir. Después allí
es donde centré mi atención. Sus gemidos se iban haciendo más
fuertes y su respiración más entrecortada. Le dije que me avisara
cuando su fuera a correr pero no tuve tiempo. Puso sus piernas sobre mis
hombros y las cerró. Tenía mi cabeza aprisionada y yo solo quería
usar mi lengua en su precioso coño. Noté como arqueaba su espalda, como se
estremecía y me preparé para recibir sus calientes y excitantes
fluidos. La cara me quedó llena, goteando su elixir por mi barba
y deslizándose sobre mi pecho...
Y así es
como conseguí la
foto de portada de @PlatanitaX.