Como todo buen exhibicionista, soy webcamer.
Cualquier momento es bueno para ganar un poco de dinero así que cogí a una
compañera de clase y le pedí que me ayudase. Imaginaos la situación, yo sentado
con la pantalla del ordenador disimulando que me había bajado los pantalones y
mi amiga al otro lado, calentándome. En realidad, todo el mundo miraba mi cam
por mi amiga. Si no fuese por ella nadie la miraría. No era la primera vez que
lo hacía y yo estaba encantado porque está tremenda y luego de clase por el
calentón terminamos haciéndolo en el baño, pero vayamos por partes. Todo
empieza al encender la cam. Ella aun no me tocaba, para que lo hiciera, tenían
que pagar. Ella tonteaba con mi polla, rozaba mis piernas, me tocaba los
huevos, pero ni rozaba la polla. Apareció el primer pago del día, empezó a
jugar con mi polla lentamente. Se lamió un dedo acercándose bien a la cam y me
lo pasó por encima. Se estremeció. Me la cogió con la mano, empezó a
masturbarla. Cuando la gente se empezó a animar, la hice parar. A mí tampoco me
gustó pero el negocio es el negocio. Hasta que no volvieran a pagar no me
corría. La gente empezó a pagar ya que cuando terminaba mi amiga se lo tragaba
todo. Solo esperaban eso. Los volvía locos como se lo tragaba. Ese día gané
mucho dinero, era principio de mes.
Y después de la clase nos fuimos al baño a disfrutar
de nuestra compañía. Me quitó los pantalones con avidez. A ella también la
ponía cachonda tragarse mi semen sin poderse tragar mi polla. Salió como un
muelle. Ella sabía lo que me excitaba. Antes de desabrocharme los pantalones,
ya se había sacado las tetas para calentarme el paquete. Envolvió mi polla con
sus enormes pechos y la masajeó. Al notar palpitarla se la metió toda dentro de
la boca. Lamió el glande con su lengua, dándole vueltas como si fuese un
chupachup. Uahhh! No pude más y me corrí en su boca, es lo que ella quería,
pero antes de que terminase de disfrutar yo ya tenía mi lengua en su coño
húmedo, notaba su fluido, su calor, cada estremecimiento con una contracción de
su vagina. Con el dedo le masajeaba su clítoris y con la otra mano jugaba con
su ano. Mi polla se endurecía con cada lametón y al tenerla completamente dura,
la apoyé delicadamente en la pared y la introducí lentamente para que notase
como se apoderaba de cada centímetro de su interior. Cuando estuvo toda dentro,
empecé a moverme más rápido. Cada embestida era un gemido difuso, ella se
apoyaba en mí y me mordía los hombros por puro placer. Cuanto más fuerte mordía
más fuerte la empotraba. Quedaba lleno de marcas, pero lo que gozaba…
terminamos en un espasmo de pasión y
quedamos entrelazados como si fuéramos uno solo. Lentamente fuimos volviendo a
la realidad que nos rodeaba… Yo me vestí, ella se vistió y volvimos a clase un
poco descompuestos pero con la alegría de un buen polvo…
Por la tarde subí a la biblioteca…
Continuará…