lunes, 23 de marzo de 2020

Piso de estudiantes III


Después de haber follado por primera vez y aprovechando que Anna no estaba mucho por casa nos dejábamos secos día tras día, cuanto más nos conocíamos, mejor follábamos. Era un goce y tanto ella como yo estábamos enganchados. Cada vez más le gustaba dominarme y buscaba por su cuenta cositas que le podría gustar probar conmigo y que también me podrían gustar a mí.

Empezó por lo básico, me puso a cuatro patas y me dejó el culo rojo dándome unos buenos azotes que yo gocé. Después de los azotes me dio unas lamidas sobre sus manos marcadas en mi culo y se me puso muy dura. La cogió con sus dos manos y empezó a pajearme para exprimir la última gota de semen de mi cuerpo. ¡La paré! No quería gastar un disparo con una simple paja a lo que ella dijo: “Haré algo mejor… te la arruinaré”

Así que volvió a hacerme la paja, pero al ver que estaba a punto de correrme paró y me dio unos azotes en la polla. Me hizo girar y me dijo que hacía tiempo que no usaba su consolador favorito, toda mi cara. Se quitó los pantalones y vi que no llevaba ropa interior y una buena marca húmeda en ellos. Dominarme hacía que se mojara muy rápido. Me puso su empapado coño en la cara y me lo restregó y yo lamí y lamí todo lo que pude. Mientras ella me comía la polla y seguía decidida a arruinarme el orgasmo porque cuando veía que me iba a correr paraba y me ahogaba tapándome la cara con su culazo. Estando sobre mi cara me pajeó con sus enormes tetas y otra vez me dejó con las ganas parando antes de la hora y ella cada vez estaba más mojada y yo más tragaba, pero sin llegar a correrme.

Cuando estuvo satisfecha paró, no sé ya cuantos orgasmos suyos me había tragado… la zorra de Elsa sabía hacer que la pusiera a 1000 y eso era usándome de consolador. Se levantó y salió de la habitación y volvió con cositas que había comprado para mí sin que yo lo supiera. Tenía cuerdas para atarme a la cama y lo hizo, de pies y manos, también había comprado pinzas para mis pezones, los suyos y 15 personas más y yo sabía que los iba a usar todos conmigo y un ovillo de lana azul.

Al tenerme atado de pies y manos podía hacer, aún más, lo que quisiera conmigo. Empezó con las pinzas. Puso una pinza en cada pezón y sentí un pequeño dolor, placentero y soportable, pero cortó un trozo de hilo del ovillo y lo usó para enrollarlo en la pinza y hacer más presión. Uffff… que gustazo. Como apretaba y dolía… que placer. Ella sabía que si no me hubiera gustado se lo habría dicho y ella habría parado, pero me encantaba. Mientras no sangre va bien le dije. Continuó con el otro pezón y procedió igual con el hilo. Al terminar, ató dos hilos, uno en cada pinza y los conectó con mis muñecas y cada vez que me hacía estremecer de placer y movía mis manos tiraba de mis pezones…. Mmmm…

Dejó de torturarme los pezones por ahora y pasó una pinza por todo mi cuerpo y cuando pensaba que se iba a parar para ponérmela me movía y gemía. Al escucharme gemir y para no oírme más, cogió la parte húmeda de su pantalón de pijama y me la metió en la boca y me callé, pero chupé esos pantalones con su esencia muy a gusto, tanto que mi polla daba espasmos de excitación y con unas ganas de correrme locas. Pues Elsa decidió pararse en la entrepierna y con la pinza que había pasado por todo mi cuerpo pellizcó el centro de mi escroto y me puso una pinza y así sucesivamente hasta que lleno todo el centro de pinzas en línea recta. Que gustazo.

Empezó a hacerme una mamada y jugaba con las pinzas como si fueran las teclas de un piano. Que dolor… y eso hacía que me estremeciera de pies y manos y al moverme me dolían los pezones una barbaridad, lo cual me gustaba, me ponía más cachondo y se me ponía la polla más dura y con más ganas de correrme y Elsa seguía chupando y yo gozando y sufriendo dolor y justo cuando quedaba un segundo para correrme paró y con un fuerte espasmo de la rabia de arruinarme el orgasmo solté un fuerte “NOOOOO!!!!!” de entre sus pantalones, los pezones me dolieron mucho del movimiento que hice y solté un gran chorro de leche que salió disparado para arriba lo que hizo que Elsa se quedara asombrada de la presión de esa corrida. La cabrona se rio del no que solté y lamió todo el semen esparcido por mi barriga y las gotas que quedaban rebosando de mi glande.

Y mientras se relamía los labios se dedicó a quitarme las pinzas, pero no apretando y quitándolas. No. Aprovechando que estaba atado me quitó todas las pinzas del escroto dando pequeños toquecitos que hacían que me doliera y me encantara… que guarra era cuando se trataba de provocarme dolor y placer. Y cuando ya hubo quitado hasta la última pinza siguió con su lengua todo el reborde que se había formado en mi escroto y subió desde la base de mi polla hasta el glande donde succionó aun unas gotas de semen…

Y pasó a las pinzas de los pezones. Me desató los hilos de las muñecas, se sentó sobre mi barriga a horcajadas, como me gustaba notar su coño caliente y húmedo, y empezó a jugar con los hilos haciendo que me retorciera de dolor y ella estando sobre mí notaba mis espasmos y una cosa en su culo que volvía a crecer, mi polla. Su malvada mente calenturienta me hacía poner cachondo a todas horas y así lo conseguía. Cuando lo notó, siguió con lo que estaba haciendo. Después de torturarme un poco con los hilos los desató de las pinzas y con un golpe en las pinzas me las quitó de los pezones. Que gustazo y que dolor y para terminar de rematarme cogió las tetillas doloridas y las retorció haciéndome, ahora sí, gritar de dolor, pero no le dije que parara. Cuando escuchó el grito se asustó un poco, pero yo le sonreí. Acercó su lengua a mis pezones y los lamió y eso apaciguó el dolor. Pero tuvo una idea mejor. Salió y volvió con un cubito de hielo que fundió en mis pezones torturados y después por el resto de mi cuerpo hasta terminar en mi entrepierna. Me desató de pies y manos y como siempre después de una sesión tan dura e intensa quedábamos dormidos uno junto al otro.

Esta sesión la iba a recordar porque el dolor iba a durar diversos días y eso me pondría muy cachondo.

Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario